Veras, ella comprendió que la palabra distancia no solo significaba estar lejos de una persona físicamente. Que la despedida era solo una perdida de tiempo y que es el tiempo el único que se encarga de los restos de la palabra amargura. Nunca creyó en los finales felices y que lógicamente es un final y lleva lagrimas consigo. Retroceder y arrepentirse no te llevan a empezar la misma partida. Impotencia es el peor sentimiento que encontré en sus lineas. Conoció que la amistad, el amor y las demás sandeces están sobrevaloradas. No tenia en todo cuanto se le antojaba, pero nunca rechazó nada de lo que tenia. Pocas veces se conformó y nunca supo como cooperar con la persona que estaba frente a su espejo. Supo que había que apretar los dientes y sonreir aunque todo fallase, porque hoy en día lo único que importa es aparentar y seguir con la cabeza erguida. Puedo llegar a entender que las sonrisas también pueden estar pintadas de melancolía, tristeza y que algunas se deshacen y no significan nada. Nunca he confiado en nadie porque ya tienes suficiente con creer en ti misma. Aprendió que la gente es pendiente por defecto y que el querer demás siempre fue demasiado y que las peores cicatrices no son exactamente las que están en la piel.
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