sábado, 17 de diciembre de 2011

hagamos lo imposible


No, me niego a que digas que lo nuestro es imposible, porque aquí lo único que seria imposible es estornudar sin cerrar los ojos y aun así podría ser posible si me fuerzo los ojos con los dedos. No me jodas y no me andes con tonterias, porque lo único que nos separa entre tu y yo es la conjunción Y. No te atrevas a hacerte el valiente y menos el experto en imposibles porque aquí lo único imposible es no sonreir cuando estoy contigo. Por mucho que me tapes la boca con ambas manos, te sonreire con los ojos y aunque no me mires de frente, se que lo haces de reojo y luego me plagias la sonrisa. Dime que sentido tiene llevar las cosas hasta unas alturas que no tienen final si luego quieres envasarlo todo al vacío. Te advierto de una cosa, mi corazón no se puede comprimir mas, o lo sueltas o te explota en la cara. Te prohibo terminantemente que me hables de margenes de seguridad porque entonces haré ojos ciegos y oidos sordos a tus señales. Inmutame si quieres, poco me importa. Pero eso si, no te olvides de pasar por casa a cobrarte la factura en besos. No digas que lo nuestro es imposible, me niego. Tampoco digas que somos una causa perdida porque tu eres la única persona que aun dándola por perdida la busca hasta decir basta y te aseguro que no estoy dispuesta a decir basta. Y si quieres hablar de imposibles, hablemos de imposibles y pidamos lo imposible, hagamos lo imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario